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jueves, 7 de noviembre de 2013

LA PERDIDA DE MI HIJO

Abrazarse al recuerdo y al sufrimiento para intentar dejar de sufrir. Es sencillamente indescriptible el dolor de perder un hijo.

Quizás intentar comprender el proceso del duelo pueda ayudarme a revalorar la experiencia de seguir viva.

Que me empuja a seguir viva, las ganas de vivir de mi hijo y su forma de vivir la vida tan intensamente, a pesar de la enfermedad. 
“Vive el momento y se feliz”, ese fue el lema de su vida.

Las lágrimas, las grandes compañeras de mi día a día, quiero contar mi pena, porque se y entiendo que mi dolor es compartido por muchas familias que han perdido a sus hijos. Contándola creo y espero de todo corazón, poder ayudar. Y de paso, tal vez,  ayudarme a mi misma a entender mi propio duelo, mi propio dolor.

Son ya casi dos años y medio desde que mi pequeño José Manuel murió. Poco antes de cumplir los tres añitos le diagnosticaron cáncer, tenia un tumor tan grande en el riñón que apenas cabía en su cuerpecito, en esos momentos no se podía extirpar, ya que según los doctores su vida corría peligro, había que aplicarle quimioterapia y esperar que el tumor redujese, para poder operar. Pasa el tiempo, una recaída con metástasis… Un año y medio de tratamientos, pruebas diagnosticas y operaciones..

Esa noche conseguimos dormir, después de un mes y medio que paso mi hijo hospitalizado, los últimos días de su vida en un hospital… (Ironías de la vida)


Acompañamos por última vez al cuerpecito sin vida de José Manuel. Me entregaron una urna con sus cenizas y volvimos a casa.

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