Yo como madre, en esos
momentos no dejaba de preguntarme ¿por
qué a mi niño?, ¿por qué tubo que sufrir tanto mi hijo? Me sentía muy
sola, aunque siempre tuve la compañía de mi esposo y familia. Nada humano te ayuda. Es un dolor tan devastador,
que te pulveriza.
Es que sobrevivir a la muerte
de un hijo es algo para lo que no estamos preparados. Una pérdida tan fuera del orden de la vida, provoca un
verdadero terremoto emocional en los padres.
Hablar de duelo y de sus fases
es algo que los especialistas vienen tratando y hablando desde hace tiempo. Sin
embargo, en nuestra cultura apenas se habla de ello, y apenas estamos
preparados para ello, parece que poco a poco se comienza a entender y aceptar
lo que este doloroso proceso implica.
Por esto, muchas veces, frente
a una situación como la que estoy viviendo, los familiares y amigos cercanos
quieren ayudar, pero no saben cómo. Frases como tienes que salir adelante, sé valiente, no llores que no sirve de
nada…, definitivamente no
ayudan.
Acompañar, abrazar y escuchar son la mejor medicina.
Yo nunca fui a un grupo de
apoyo, así que a nivel personal no puedo aconsejar si sirve de ayuda, yo por mi
carácter quizás no lo creí conveniente, me permití sentir mi duelo a solas con
mi esposo y familia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario